18 de nov. de 2022

PABLO NERUDA SONNET 17, 11 e 22.


1. PABLO NERUDA SONNET 17

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio 

o flecha de claveles que propagan el fuego: 

te amo como se aman ciertas cosas oscuras, 

secretamente, entre la sombra y el alma. 


Te amo como la planta que no florece y lleva 

dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, 

y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo 

el apretado aroma que ascendió de la tierra. 


Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, 

te amo directamente sin problemas ni orgullo: 

así te amo porque no sé amar de otra manera, 


sino así de este modo en que no soy ni eres, 

tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, 

tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.


2. PABLO NERUDA SONNET 11

“Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo 

y por las calles voy sin nutrirme, callado, 

no me sostiene el pan, el alba me desquicia, 

busco el sonido líquido de tus pies en el día. 


Estoy hambriento de tu risa resbalada, 

de tus manos color de furioso granero, 

tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas, 

quiero comer tu piel como una intacta almendra. 


Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura, 

la nariz soberana del arrogante rostro, 

quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas.


y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo 

buscándote, buscando tu corazón caliente 

como un puma en la soledad de Quitratúe.“


3. PABLO NERUDA SONNET 22

Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, 

sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, 

en regiones contrarias, en un mediodía quemante: 

eras sólo el aroma de los cereales que amo. 


Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa 

en Angol, a la luz de la luna de Junio, 

o eras tú la cintura de aquella guitarra 

que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido. 


Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria. 

En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato. 

Pero yo ya sabía cómo era. De pronto 


mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: 

frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. 

Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

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